Literatura contemporánea
lunes, 6 de diciembre de 2010
Octavio Paz
Octavio Paz
Octavio Paz Lozano (* México, D.F., 31 de marzo de 1914 - Ibídem, 19 de abril de 1998) fue un poeta, escritor, ensayista y diplomático mexicano, fue miembro de El Colegio Nacional y ganador del premio Nobel de Literatura (1990). Se le considera uno de los más grandes escritores del siglo XX y uno de los grandes poetas hispanos de todos los tiempos. Fue un escritor prolífico cuya obra abarcó varios géneros, entre los que sobresalieron textos poéticos, el ensayo y traducciones diversas.
Premios y distinciones
Recibió el Premio Xavier Villaurrutia en 1957 por su libro El arco y la lira.
Ingresó en El Colegio Nacional el 1 de agosto de 1967.
Fue miembro de honor de la Academia Mexicana de la Lengua.
Fue ganador del Premio Nacional de Literatura en 1977 por el gobierno de México.
En 1977 recibió el Premio Jerusalén.
En 1981 recibió el Premio Miguel de Cervantes.
En 1984 recibió el Premio de la Paz del Comercio Librero Alemán.
En 1985 recibió el Premio Internacional Alfonso Reyes.
En 1987 recibió el Premio Internacional Menéndez Pelayo.
En 1990 recibió el Premio Nobel de Literatura.
En 1993 su revista Vuelta obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.
En 1998 se le otorgó el Premio Nacional de Periodismo de México, en reconocimiento a su trayectoria.
Recibió los premios Ollin Yoliztli y T. S. Eliot.
Experimentación e inconformismo pueden ser dos de las palabras que mejor definen su labor poética, pero es un poeta difícil de encasillar. Ninguna de las etiquetas adjudicadas por los críticos encaja con su poesía: poeta neomodernista en sus comienzos; más tarde, poeta existencial; y, en ocasiones, poeta con tintes de surrealismo. Ninguna etiqueta le cuadra y ninguna le sobra. En realidad, se trata de un poeta que no echó raíces en ningún movimiento porque siempre estuvo alerta ante los cambios que se iban produciendo en el campo de la poesía y siempre estuvo experimentando, de modo que su poesía acabó por convertirse en una manifestación muy personal y original. Además, se trata de un poeta de gran lirismo cuyos versos contienen imágenes de gran belleza.
Después de la preocupación social, presente en sus primeros libros, comenzó a tratar temas de raíz existencial, como la soledad y la incomunicación. Una de las obsesiones más frecuentes en sus poemas es el deseo de huir del tiempo, lo que lo llevó a la creación de una poesía espacial cuyos poemas fueron bautizados por el propio autor con el nombre de topoemas (de topos + poema). Esto es lo que significa poesía espacial: poesía opuesta a la típica poesía temporal y discursiva. Se trata de una poesía intelectual y minoritaria, casi metafísica en la que además de signos lingüísticos se incluyen signos visuales. En los topoemas, igual que ocurría en la poesía de los movimientos de vanguardia, se le da importancia al poder sugerente y expresivo de las imágenes plásticas. No cabe duda de que en la última poesía de Octavio Paz hay bastante esoterismo, pero, al margen de ello, toda su poesía anterior destaca por su lirismo y por el sentido mágico que el autor da a las palabras.